24/04/2024

"Desobedeciendo al desempleo. La experiencia de las empresas recuperadas, de Julián Rebón"

Buenos Aires, Ediciones P.ICA.SO - La Rosa Blindada, 2004, 167 páginas.

Desobedeciendo al desempleo es el fruto, como se indica en las primeras páginas, de un trabajo colectivo de investigación en proceso. En el mismo, el autor despliega una serie de hipótesis e interrogantes sobre la causalidad de los procesos de recuperación de fábricas, centrándose en el desarrollo de los mismos en la Ciudad de Buenos Aires. En esta región adquieren características particulares, tanto por su dinámica como por la periodización de los mismos, pues a diferencia del resto del país se concentran en el año 2002, siendo en consecuencia fuertemente asociados a los acontecimientos de diciembre de 2001.

Se trata entonces de un trabajo que nos propone una nueva lectura, a partir del análisis de un área en particular, sobre los procesos de recuperación de empresas, procesos que se convirtieron rápidamente y de forma notable en objeto de estudio desde diferentes ámbitos académicos, particularmente para las ciencias sociales.

Tras el prólogo de Juan Carlos Marín, el libro, organizado en dos partes (a las que se agrega un anexo en el que se reconstruye la conformación de las organizaciones y se presenta la metodología utilizada), comienza con una referencia a las ocupaciones de fábrica en la zona de Quilmes en la década de los 80. Introduce de esta manera dos elementos claves en su lectura. El primero, la dimensión histórica del proceso, que interroga las visiones más difundidas que lo reducen a una consecuencia directa de la crisis de 2001. El segundo, la inclusión de los mismos como parte de una estrategia política y sindical. Política, en tanto las ocupaciones se piensan como una "forma de preservar el parque industrial ante la estrategia aperturista". Sindical, en tanto estas constituyen "una forma de incidir en los conflictos laborales", ya sea logrando la preservación de la empresa (objetivo de máxima); como "instrumento para presionar a los empresarios ante los conflictos laborales"; o bien "como forma de elevar el precio ante los remates de los activos de una planta en casos de quiebra" (pags. 29-30).

"¿Por qué un proceso cuya forma básica ya se encontraba preanunciada tiempo atrás, va a poder reproducirse de forma ampliada sólo en el contexto de fines de los 90? ¿Qué precondiciones le otorgan viabilidad?" (pag. 30). Estas preguntas organizan la primera parte del libro, "La recuperación como fuerza social", dedicada a brindarnos una explicación del proceso de recuperaciones revisando las lecturas dominantes que reducen su desarrollo al "activismo"o a la "crisis y la protesta social". Si el primer elemento no permite dar cuenta de por qué es en este período y en estas localizaciones que el proceso se desarrolla, el segundo elemento es, en términos del autor "condición necesaria pero no suficiente". En consecuencia, Julián Rebón afirma que no se puede analizar el proceso sólo considerando sus elementos exógenos, léase la crisis, sino que es necesario también incorporar al análisis los elementos endógenos, esto es, "las características específicas del capital y la fuerza de trabajo directamente involucrados", elementos sobre los que se detendrá en los siguientes apartados ("El contexto, el territorio y el desarrollo del conflicto"). De esta manera, los procesos de recuperación de empresas serían el resultado, a la vez, de causas exógenas y endógenas: «el avance socioproductivo sólo es posible a partir de la confrontación de una fuerza social. Dicha alianza se constituye a partir del modo en que la crisis del orden social desestructura las diferentes identidades sociales que dan soporte al proceso, conformando las condiciones de su articulación (…) El activismo no explica las condiciones de su desarrollo aunque sin este no hubiera existido. Su existencia permite que en condiciones de crisis de un orden social, el proceso se desarrolle al mismo tiempo, su precariedad y limitaciones explican que las recuperación no se expandan aun mas en el marco existente" (pag. 31).

Un eje importante de esta primera parte del trabajo es, entonces, el análisis de lo que el autor denomina "promotores". Una reflexión vuelve a introducirse aquí respecto de las lecturas de las recuperaciones. Estas acciones no nacen, en tanto estrategia, espontáneamente de los trabajadores sino de su articulación con otros actores sociales. Sin embargo, si las recuperaciones no son el resultado de la acción espontánea, tampoco son una "inducción centralizada, de una "organización política concertada de usurpación de empresas", sino el proceso emerge de forma "semi-espontánea", fruto de una compleja ecuación entre recursos "internos" y "externos" (pag. 71).

La segunda parte del libro, "Conciencia obrera" vuelve sobre la misma pregunta, en este caso desde un análisis en términos de conciencia de clase, concepto sobre el que se reflexiona a lo largo del apartado y con el que se hace referencia, desde la perspectiva de los trabajadores, al "conocimiento de las condiciones para el desarrollo de su condición como clase" (pag. 110). Con el objetivo de echar luz sobre los discursos encontrados en torno al "conflicto social" y especialmente estos procesos (para algunas lecturas, la recuperación de una "conciencia de clase" mientras que se trataba para otras de "un paraíso de vagos"), el autor se pregunta sobre las lógicas de acción de los trabajadores involucrados, indagando, por un lado sobre la "conciencia" de los trabajadores y por otro sobre la expresión de una pertenencia común a una misma clase. Con este fin, la segunda parte del libro se divide en dos apartados.

En "El desempleo como culpa obrera", el primero de ellos, se analiza la forma en que los trabajadores que participaron de los procesos de recuperación se representan las causas del desempleo. Para ello se pone en tensión dos discursos estigmatizantes, utilizados en la Argentina de los 90 para explicar el desempleo: la presencia de trabajadores extranjeros y la falta de capacitación. Ambos elementos, nacionalidad y nivel de capacitación, constituyen siguiendo al autor algunas de las heterogeneidades más significativas al interior de la clase, heterogeneidad que implica la puesta en marcha de mecanismos de competencia por los puestos de trabajo, a la que se ven sometidos los trabajadores en el marco de situaciones como la de finales de los noventa, signadas por la explosión de los índices de desempleo. Por su parte, en "Pertenencia Obrera", el autor reflexiona sobre las condiciones para la formación de un "campo de pertenencia y solidaridad". Si los procesos de recuperación no pueden explicarse por el carácter excepcional de la conciencia obrera de los trabajadores involucrados, este proceso tampoco es legible sin una consideración de la misma: "la forma de conciencia operante es la que permite potenciar u obstaculizar las acciones de los trabajadores en su avance sobre la dirección de la producción" (pag.123).

Si el desplazamiento del capitalista de la dirección de la producción no presupone necesariamente una conciencia anticapitalista en quienes personifican las recuperaciones, es posible observar, siguiendo al autor, un proceso de identificación de éstos con los obreros y los desocupados por un lado y al mismo tiempo de oposición con los empresarios. "Pero más allá de estas identificaciones, en el interior de los trabajadores las formas de conciencia son heterogéneas" (pag. 139). Al mismo tiempo, la reapropiación de la producción por parte de los trabajadores presupone "un proceso de reapropiación del saber históricamente expropiado por el capital", esto es, un proceso de recalificación y enriquecimiento de la fuerza de trabajo.

Finalmente, el anexo "Las corrientes del proceso: movimientos federaciones y comisiones" reconstruye la historia y conformación de las organizaciones que nuclean a las empresas y fabricas recuperadas, brindando elementos que permiten abrir nuevas perspectivas en el análisis de los procesos de recuperación a la hora de analizar como esta estrategia, mas allá de cual sea "el futuro inmediato de su evolución se incorpora a la caja de herramientas de los trabajadores pasando a ser parte de su repertorio de lucha" (pag. 104).

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