18/04/2024

Facundo. Cuando no hay mas opciones que exigir “castigo a los culpables”

Por Revista Herramienta

La aparición de restos humanos en un cangrejal en la zona de Villarino Viejo, en el canal Cola de Ballena, muy cercana a Bahia Blanca, pareció confirmar lo que desde hace semanas la mamá de Facundo Castro Astudillo y sus abogados, venían diciendo a quien quería escucharlos:  Que el joven era una nueva víctima de la policia bonaerense. La identificación positiva de los restos cerró el circulo que confirma las peores hipótesis: el joven fue asesinado y por la comisión del delito y por las redes de encubrimiento, se trata de un episodio que compromete a distintos organismos del Estado y al propio gobierno.
Para quienes alguna vez hemos estado cerca de familiares de víctimas asesinadas por el gatillo facil, el caso de Facundo parecía presentar todos los indicios que caracterizan al protocolo de la bonaerense para ocultar casos de violencia institucional que afectan la vida de personas. Aparición de testigos falsos, evidencias que desaparecen, formulación de hipótesis descabelladas con apoyo periodístico,  complicidad judicial que desoye las sugerencias de investigación que propone la familia, campaña de victimización contra el afectado, sus familiares y asesores legales.

Como ha ocurrido en otras oportunidades las campañas de demonización se encontraron con  obstáculos:  La obstinada lucha por el esclarecimiento de los hechos encabezada por su mamá Cristina Castro, su entorno de amistades y los abogados querellantes.  Tambien la propia vida de Facundo.  Porque quienes se metieron en su vida tratando de buscar basura encontraron a un joven, con sensibilidad social y con una militancia en “Jóvenes por la memoria”, una iniciativa promovida por el gobierno de Cristina Kirchner. Intentando encontrar a un delincuente, se encontraron con un joven solidario y muy bien referenciado en su comunidad. Finalmente que el reclamo de los familiares y amigos  de Facundo contó desde el principio con un soporte social, como fue el papel que jugó la CTA de Bahia Blanca, organismos de derechos humanos como la Comision  Provincial por la Memoria, los vecinos de Pedro Luro,  La Comision de Memoria, Verdad y Justicia y la militancia popular y de izquierda que se movilizó en distintas convocatorias.

La Policia Bonaerense, a la que se denominó ” la maldita policia”, y no ha hecho meritos para dejar de serlo, es un problema grueso para cualquier fuerza polÍtica que asuma la responsabilidad de gobernar la Provincia de Buenos Aires. Por vocación o imposición el gobernador Axel Kicilloff designó como Secretario de Seguridad a Sergio Berni.  Quienes lo propusieron seguramente fundamentaron que el perfil adecuado para afrontar el tremendo desafío de poner en caja a la Bonaerense, era poner un hombre de origen militar y fama de autoritario.

Los antecedentes de este  teniente coronel del ejército en situación de retiro,  que ingresó a la politica de la mano de Nestor Kirchner, no eran los mejores.  Como señala el informe de la Correpi cuando asumió su actual cargo: “En 1994 se ofreció como “voluntario” para supervisar la salud de los mineros de Río Turbio durante la huelga de ese año, a poco de darse la concesión de la mina al empresario Sergio Tasselli. Berni se internó en el socavón junto a los obreros y durante 15 días pasó información al gobierno provincial sobre los debates en las asambleas, las acciones a realizarse y las filiaciones políticas de los huelguistas. A partir de las sospechas que levantó, los trabajadores consultaron organismos de DDHH, que les confirmaron que era un militar en actividad, y funcionario del gobierno provincial, por lo que lo expusieron en una asamblea, y lo expulsaron de la mina”. .. “en diciembre de 2010, cuando se produjo la ocupación del Parque Indoamericano por parte de unas 1.500 familias. Berni fue el interlocutor del gobierno nacional con la gente, a la vez que dirigió el plan de acción de Gendarmería en coordinación con la Policía Federal y la Policía Metropolitana -entonces a cargo del ex fiscal Guillermo Montenegro-, con el resultado de una brutal represión y tres muertos, Rossemary Chura Puña, Bernardo Salgueiro y Emiliano Canaviri Álvarez. “…durante la gestión del coronel Berni al frente de la Secretaría de Seguridad de la Nación los integrantes del aparato represivo estatal mataron 2.664 personas. Esta cifra incluye todas las modalidades, mayoritariamente fusilamientos por gatillo fácil y muertes en lugares de detención, además de otras como desapariciones, asesinatos en represión a manifestaciones, femicidios de uniforme, y abarca todas las fuerzas “. “En enero 2019, el teniente coronel, ya retirado, manifestó su apoyo a la decisión de Cambiemos de comprar 300 pistolas Taser y autorizarlas para su uso en lugares públicos, como estaciones de tren o subte…”.

En el momento de producirse la desaparición de Facundo Castro una evaluación amable de la gestion del Secretario de Seguridad no podía obviar que el gobierno provincial no había avanzado en controlar a la Bonaerense, que seguía acumulando casos de gatillo facil, desapariciones y casos de ahorcamientos en comisarías. Pero la actitud asumida en este caso por Sergio Berni, confirma las presunciones más pesimistas sobre su perspectiva. Es el tipo de “duro” que se regodea maltratando a los más humildes,  haciéndoles sentir el rigor a los jóvenes del conurbano, o a los Sin Techo que buscan un lugar para vivir. Y también el tipo de “duro” que se arrodilla frente a la corporación policial y se niega a confrontar con los padrinos de las mafias de las fuerzas de seguridad. Como diría el tango, un verdadero ” As de cartón”.

El asesinato de Facundo Castro, remueve además recuerdos inquietantes. Otra vez un gobierno peronista aparece como responsable de la muerte de un joven peronista. Esta claro que la ministra Sabina Frederic, que ha dado marcha atras con distintas medidas de su antecesora Patricia Bullrich, no tiene ninguna cercanía ideológica con Lopez Rega, o con Carlos Corach, el ministro del Interior de Carlos Menem. Pero tambien es cierto que existen en el gobierno posturas como las que ha expresado  Sergio Massa, que no parecen tener límites a la hora de defender la propiedad privada y la “seguridad juridica” de los poderosos. Y que, además, hay un contexto de ofensiva global de las derechas en el mundo, que promueve un asalto feroz a los derechos de las mayorías populares. Esa ofensiva se expresa en el país con las manifestaciones anticuarentena, pero con mucha más eficacia mediante los medios masivos de desinformación pública y las redes sociales sometidas a verdaderas operaciones de guerra comunicacional.
La aparición del cadáver de Facundo Castro no deja espacio para las piruetas políticas. O se está del lado de la Justicia exigiendo “castigo a los culpables”, o se abona el camino para que la derecha siga recuperando poder.


 Guillermo Cieza, 5 de setiembre de 2020. 

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