El Movimiento de Trabajadores Sin Tierra brasileño (Movimiento Rural Sem Terra), fundado hace una década, es el movimiento social rural más dinámico de América Latina. Sus actividades abarcan a más de medio millón de trabajadores rurales, incluyendo miembros de cooperativas, ocupantes ilegales de tierras, y afiliados rurales en un territorio que abarcaría la mayor parte del territorio de los Estados Unidos. El MST comenzó como un movimiento estrechamente ligado a la Pastoral Rural, de la Iglesia Católica, orientada hacia la provisión de servicios sociales y a facilitar la organización entre los pobres del campo.
A comienzos de la década del 80, el movimiento de trabajadores rurales fue más allá de la asistencia social, hacia la lucha de clases, ocupando grandes propiedades rurales sin cultivar y organizando cooperativas. La fundación del MST fue en consecuencia el comienzo de un movimiento a largo plazo y en gran escala para transformar las relaciones de propiedad de la tierra y en última instancia el sistema socioeconómico.
El apoyo inicial al movimiento provino de las regiones sur y sudeste del país, entre los descendientes de pequeños agricultores italianos, alemanes y portugueses, carentes de tierras. Hacia mediados de la década del 90, el movimiento ya era “nacional”, con un creciente apoyo en los estados “mestizos” afro-brasileños de las regiones central, noroeste y nordeste del país. Este artículo examina el crecimiento y panorama del movimiento a mediados de esta década, las estrategias subyacentes y las perspectivas futuras.
Método
Este estudio se basa en datos recopilados por el MST en 1996. Se enfoca en las ocupaciones de tierra del MST porque de lejos éste es el movimiento más activo y dinámico y también porque fue organizado a escala nacional. Asimismo tenía el conjunto de datos más confiable. El estudio divide al Brasil en tres regiones generales: el sudeste, el nordeste y el oeste (norte y centro-sur).
Tabla I
Ocupaciones de tierra por estado-región 1996
(número de familias)
NORDESTE Nro. de familias Nro. de ocupaciones
Alagoas (AL) 1.476 9
Bahia (BA) 2.350 6
Ceará (CE) 695 5
Maranhao (MA) 1.776 3
Paraíba (PB) 2.200 1
Pernambuco (PE) 3.063 19
Piauí (PI) 200 1
Río Grande do Norte (RN) 1.240 12
Sergipe (SE) 2.110 13
Subtotal 15.110 69
CENTRO
Brasilia (DF) 1.763 5
Espíritu Santo (ES) 1.310 3
Goiás (GO) 870 5
Minas Gerais (MG) 80 1
Subtotal 4.023 14
OESTE
Mato Grosso (MT) 2.454 2
Pará (PA) 2.200 2
Rondonia (RO) 1.455 4
Subtotal 6.109 8
SUDESTE
Mato Grosso do Sul (MS) 1.478 5
Paraná (PR) 10.135 53
Río de Janeiro (RJ) 334 2
Río grande do Sul (RS) 2.603 3
Santa Catarina (SC) 2.068 11
Sao Paulo (SP) 5.431 11
Subtotal 22.049 85
TOTAL 47.291 176
Modelos regionales de ocupaciones de tierra
El movimiento de ocupación de tierras del MST es un producto tanto de decisiones estratégicas como de condiciones objetivas que facilitan u obstruyen el proceso. Un análisis de la ubicación geográfica de las ocupaciones de tierra revela que dos regiones del Brasil, el sudeste y el nordeste, son los centros de ocupaciones exitosas (ver Tabla I). Mientras que ocupan sólo un 40 % de los estados y menos de un tercio de la superficie, cuentan con más del 75 % de las ocupaciones. Estos modelos regionales son producto de varios factores históricos, sociológicos y políticos, que convergen para explicar las diferencias regionales.
La principal concentración de ocupaciones de tierra ocurre en el sudeste brasileño con 22.049 familias ocupando tierras en 1996, seguidos por el nordeste con 15.110 familias, luego el oeste con 6.109 y el centro con 4.023 (ver tablas I y II).
El área más activa fue Paraná en el sudeste, con 53 ocupaciones y 10.135 familias, seguido por el estado de Sao Paulo con 5.431 familias instaladas durante 11 ocupaciones. Las siguientes áreas más conflictivas fueron el nordestino Pernambuco con 19 ocupaciones por 3.063 familias, Río Grande do Norte con 12 ocupaciones y 1.240 familias y Sergipe con 13 ocupaciones y 2.100 familias.
Hay varios factores que influencian la concentración de ocupaciones de tierra por el MST: 1) orígenes del movimiento; 2) proximidad a grandes ciudades; 3) nivel de apoyo político cercano (proximidad de áreas urbanas con intendentes, grupos eclesiásticos, etc., simpatizantes) 4) nivel de oposición (violencia organizada por terratenientes locales y fuerza de los lazos terrateniente/estado); 5) concentración de trabajadores rurales sin tierra; 6) disponibilidad de tierra sin cultivar; y 7) ocupaciones previas.
Estos factores combinados nos proveen de una estructura para analizar el éxito en el lanzamiento y mantenimiento de colonizaciones de tierra por parte de los campesinos sin tierra.
Orígenes del Movimiento
El núcleo original de activistas y actuales líderes del MST recibió su primer impulso desde el sudeste. En su mayoría eran los hijos e hijas de pequeños campesinos italianos, portugueses y alemanes con familias numerosas. Con tierra insuficiente para subdividir, los miembros más jóvenes se hallaban disponibles para fuentes alternativas de empleo y/o movimientos de ocupación de tierras. La mayoría de estos primeros activistas eran pobres, pero con alto nivel de alfabetización, y desde muy temprano se hallaban relacionados con movimientos rurales pastorales basados en la iglesia. Gracias al conocimiento de las condiciones locales, con relaciones y lazos étnicos en la región, podían ubicar tierras sin cultivar, organizarse con gente de similares características y buscar apoyo en las instituciones locales (la iglesia y pequeños campesinos) para ocupar tierras abandonadas y resistir la represión.
Previas ocupaciones de tierras
Muchas de las nuevas ocupaciones ocurren en estados y regiones donde ya han habido previas, las que, en muchos casos, han evolucionado a cooperativas exitosas. Las cooperativas cercanas proveen apoyo material (alimentos, voluntarios, etc.) y político. Muchos de los organizadores experimentados de movimientos exitosos participan en el planeamiento y organización de ocupaciones para nuevos grupos de familias sin tierra. El ejemplo de ocupaciones triunfantes inspira y alienta a otras familias sin tierra para tomar el camino de la acción directa. El ejemplo de la producción, más altos niveles de vida, educación y alimentación a los hijos, familias estables que caracterizan a las ocupaciones exitosas convertidas en cooperativas tiene un efecto multiplicador.
Proximidad a las grandes ciudades
La cercanía a ciudades importantes proveen “visibilidad” a la lucha, alienta el apoyo y la comunicación de objetivos y lo más importante, disminuye la posibilidad de “la represión invisible” por parte de los terratenientes y la policía militar. En las grandes ciudades se apoya a la reforma agraria y este apoyo sirve para neutralizar el poder de los grandes propietarios en el campo. La cercanía también facilita el “impacto público” de las ocupaciones y rompe así el aislamiento de las mismas. La creación de redes de apoyo urbano es importante para multiplicar el apoyo a la reforma agraria en general y a la distribución de tierras en particular. Esto fue especialmente verdad en el sudeste y en un menor grado en el nordeste. En el sudeste el MST consiguió aliados entre los eclesiásticos progresistas e intendentes del PT de Santa Catarina y Río Grande do Sul.
Nivel de apoyo social
Las ocupaciones de tierra por el MST dependen de su propia organización y planeamiento, así como del grado de apoyo u oposición engendrado en las localidades vecinas y grupos sociales cercanos a los lugares de la acción. La movilización de sindicatos urbanos (maestros, empleados públicos, trabajadores de la sanidad), grupos activistas de la iglesia, congresistas locales y autoridades municipales es a menudo importante para impedir que el estado desmantele los movimientos de ocupación. La distribución geográfica de las ocupaciones de tierra coincide con los progresos sociales y políticos de otros sectores.
Nivel de oposición
Cuando tienen lugar en áreas dominadas por la derecha, cuando predomina la jerarquía eclesiástica conservadora y los sindicatos son pocos y débiles, las ocupaciones de tierra son a menudo reprimidas y los ocupantes dispersados. Tal es el caso en el oeste, noroeste y sectores del nordeste. El aislamiento del movimiento, en particular cuando la ocupación es hecha por un pequeño número de familias, los hace especialmente vulnerables a la violencia de los terratenientes. La falta de una contra-fuerza progresista permite a los gobernadores estaduales despachar fuerzas militares para expulsar a los ocupantes. Donde los grandes terratenientes están organizados, a menudo controlan a la autoridades locales y estaduales, sometiendo a los líderes de los trabajadores sin tierra a procesos judiciales. La presión extra-legal (paramilitar) y los gobiernos estaduales controlados por los grandes propietarios desalientan a las ocupaciones. La rapidez y la violencia del desalojo también desalientan a los sin tierra a intentar nuevas ocupaciones hasta que aparezca una nueva y más favorable correlación de fuerzas.
Concentración de trabajadores rurales sin tierra
La existencia de una masa crítica de trabajadores sin tierra permite ocupaciones en gran escala. En Paraná, 10.000 familias se organizaron para expropiar una propiedad de varios cientos de miles de acres.
[1] La superioridad numérica brindó una barrera protectora contra el desalojo. Los terratenientes a nivel individual o pobremente organizados no pudieron resistir ; sus grupos para-militares eran insuficientes. A su vez, el gobierno enfrentaba un costo político muy alto ante una eventual confrontación violenta. En consecuencia, tanto en el sudeste como en el nordeste, la concentración de campesinos en ocupaciones en gran escala ha tenido más éxito. En el oeste la dispersión y una más baja tasa de relación de campesinos por superficie desalienta las ocupaciones.
De esta manera, las victorias o las derrotas en las ocupaciones tienen múltiple efectos que van más allá de su contexto inmediato. Una vez que aparece una “brecha” en un “área de frontera”, los organizadores del MST comienzan a influenciar a las municipalidades vecinas y contribuyen al cambio de la correlación de fuerzas en las plantaciones y campos cercanos. Por el contrario, las derrotas y el aislamiento contribuyen a “fortalecer” la resolución de los terratenientes y a reforzar la resistencia a nuevas ocupaciones.
Disponibilidad de tierras
Las ocupaciones de tierra tienen lugar donde hay grandes extensiones de tierra fértil sin cultivar cercanas a rutas, mercados y facilidades crediticias. Por eso, las ocupaciones tienen lugar en el sudeste y en las tierras irrigadas del nordeste, y no en el Amazonas, Acre o Mato Grosso. El MST ha rechazado la oferta del régimen de Cardoso de “reasentar” a trabajadores sin tierra en “áreas fronterizas”, debido a las pobres condiciones sanitarias (malaria, fiebre amarilla), tierras áridas y ausencia de infraestructura y mercados para comprar y vender. Brasil tiene varios cientos de millones de acres de tierra sin cultivar en muchas regiones. También tiene millones de acres de tierras cultivadas que están pobremente explotadas o sólo producen para el mercado exterior, ignorando las necesidades alimentarias domésticas. Al mismo tiempo, hay cerca de cinco millones de familias sin tierra (casi 30 millones de personas). La lógica de tierra sin gente y gente sin tierra provee una base para los movimientos de distribución de tierras.
Análisis
El éxito del proceso de reforma agraria se basa tanto en factores “subjetivos”, como la organización de los trabajadores rurales sin tierra, la estrategia de la dirección del MST, y condiciones objetivas como la gran concentración de trabajadores sin tierra, y el gran exceso de tierras sin cultivar. Las ocupaciones de tierras, que son la técnica más importante para implementar la reforma agraria, no son ocurrencias fortuitas. Al menos, no lo son las que resultaron exitosas. Reflejan una organización y planificación cuidadosas, y probablemente triunfarán en algunas regiones más que en otras. Como el reconocimiento de las circunstancias contextuales entra dentro de la conciencia política de la dirección del MST, este conocimiento encaja en las “realidades objetivas”.
Tabla II
Ocupaciones y número de familias afectadas, 1990-96
Período Nro. de ocupaciones Nro. de familias
1990 43 11.484
1991 51 9.862
1992 49 18.885
1993 54 17.587
1994 52 16.860
1995 93 31.531
1996 176 47.291
Total 518 153.500
Las ocupaciones de tierras organizadas por el MST ya no están más confinadas a su lugar de origen. Entre 1994 y 1995 el número de ocupaciones se duplicó, y entre 1995 y 1996 se duplicó de nuevo (ver tabla II). Tienen lugar en prácticamente cada estado del país (ver tabla I). El desigual crecimiento refleja las ventajas acumuladas de los primeros esfuerzos organizativos en el sudeste. La expansión y extensión de las ocupaciones demuestran que no se trataban de circunstancias “excepcionales”, sino que son reproducibles a escala nacional en todas las regiones del Brasil. Hoy en el nordeste y en el oeste tienen lugar nuevos movimientos de ocupaciones, donde en el pasado no existían o eran fácilmente reprimidas y desalojados los ocupantes. El tema de las diferencias regionales es para enfocar la atención en las condiciones que favorecen las ocupaciones en un cierto momento. Sin embargo, una perspectiva nacional dinámica también enfocaría sobre el efecto de difusión : los puntos originales de organización, en terrenos políticos relativamente favorables, se han extendido hacia lo que inicialmente eran regiones más difíciles y conflictivas en el nordeste y el oeste. Los dirigentes locales de un lugar se trasladan a otros; la movilización política en las ciudades para apoyar una toma de tierras en particular de una región se extiende para protestar contra la represión o masacre de ocupantes de tierras en otra. Las tácticas que inicialmente resultaron exitosas en una región, son aplicadas en otras : las ocupaciones en gran escala ligadas a redes de apoyo social urbano se diseminan desde el sudeste hacia el norte y este. El fenómeno de “difusión” desde el “centro” hacia las regiones periféricas se basa en una común posición clasista y programática de los trabajadores sin tierra a lo largo del Brasil. Sin embargo, en última instancia, el éxito del movimiento en cada región está relacionado con el desarrollo de dirigentes que surjan de las regiones y estados donde se están organizando las nuevas ocupaciones.
Las escuelas de formación de dirigentes ahora están siendo “descentralizadas”, desde el sudeste hacia las otras regiones del Brasil. A medida que el movimiento de ocupaciones del MST se transforma en verdaderamente nacional y ya no más regional, cambia su carácter de un movimiento social sectorial hacia uno político nacional. Sin embargo, sin el ímpetu original localizado en las diferentes condiciones regionales específicas, es improbable que el movimiento adquiriera la fuerza para triunfar. Así, el “regionalismo” y los movimientos nacionales no se contradicen necesariamente, pues uno puede alimentarse en el otro.
El presente trabajo cedido por James Petras para Herramienta, es inédito en castellano. Fue traducido por Francisco Sobrino
[1] Un acre = 4.047 metros cuadrados.